lunes, 29 de abril de 2019

Papa electo "ipso facto" santificado






Papa electo ipso facto santificado



Quod Romanus pontifex, si canonicae [sic] fuerit ordinatus, meritis beati Petri indubitanter efficitur sanctus
Que el romano pontífice, ordenado mediante la elección canónica, está indudablemente santificado (hecho santo) por los méritos del bienaventurado Pedro
Dictatus Papae, n.º XXIII, San Gregorio VII


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“Existen entre nosotros fulanos que piensan es devoción al Sumo Pontificado decir que el Papa "gloriosamente reinante" en cualquier tiempo "es un santo y un sabio", "ese santazo que tenemos de Papa", aunque no sepan un comino de su persona. Eso es fetichismo africano, es mentir sencillamente a veces, es ridículo; y nos vuelve la irrisión de los infieles”
Castellani, L. Las Parábolas de Cristo. pp. 130-131



No, este post no es sobre las canonizaciones de la secta masónica y diabólica que la del Vaticano II, así que no trataré sobre sí Juan XXIII o Juan Pablo II deberían ser llamados “San” a lo que viene siendo lo mismo que cuestionar la validez de sus canonizaciones, y encima sería tratar la cuestión de las canonizaciones como pronunciamientos infalibles. Ese tema algo parecido, “Un papa es santo”, bajo la fachada del “dulce Cristo en la tierra” de Santa Catalina, Doctora y virgen de la Iglesia, intentan camuflar lo que actualmente se llama “fanboyismo” o también denominado, como en este caso mejor dicho “fangirlismo” como lo es el de las adolescentes por Justin Bieber o Katy Perry, y entre la devoción al amadísimo líder como lo seria Cháves o Stalin, pero bueno. Bajo apariencia de obediencia al Pontífice Romano esconden una insana adhesión a lo que dice y hace. A estos se les llama “papolátras”.
Primero basta revisar cualquier manual de Teología Moral, para saber que este sometimiento a la voluntad del papa de Roma aún cuando manda algo malo (si es que ellos admiten que el papa pueda mandar algo malo, cosa que se ve como ciertísima en las condenas de los errores de Juan Huss), no se trata para nada de la virtud teologal de la obediencia.
La cual resumen con su jaculatoria mántrica: “El que obedece no se equivoca”.


"EL QUE OBEDECE NO SE EQUIVOCA, EL QUE OBEDECE NO SE EQUIVOCA!!!
- Un papolatra
Aunque también la virtud de la obediencia la resumiré citando a Sant Tomás de Aquino en su Suma de Teología :
Contra esto: está lo que se dice en Act 5,29: Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres. Ahora bien: a veces los preceptos de los superiores van contra Dios. Luego no se les debe obedecer en todo.

3.(…),.Tal es la obediencia suficiente para conseguir la salvación eterna. Mas, si quieren obedecerles en otras materias, pertenecerá en este caso a un grado superior de perfección, siempre que no sean contrarias a Dios o contra la regla profesada; porque tal obediencia sería ilícita.
Así, pues, cabe distinguir tres clases de obediencia: una, la obediencia suficiente para la salvación eterna, que obedece en lo que está mandado; otra, la obediencia perfecta, que obedece en todo lo que es lícito; otra, la obediencia indiscreta, la que obedece incluso en las cosas ilícitas.”
Sth. II-II, q. 84, art. 5 ad. 3

Caso histórico fue el de San Atanasio, algunos obispos franceses que se rehusaron a abdicar de sus sillas episcopales por mandato del Papa Pío para eliminar toda confrontación contra Napoleón, de ahí que el Papa Pío tuvo que hacer penitencia publica privándose de celebrar Misa. Pero bueno hasta aquí sobre la obediencia.

Obviamente confundir la santidad objetiva del Oficio del Romano Pontífice, a la de la accidental del sujeto que ocupa dicho cargo es un error craso, cosa que se expresa con este otro mantra: “El papa es una persona santa”; no, el papa no es una persona santa por ser papa, pudiera ser una persona santa pero igual siendo pecador ocupa un Oficio Santo. Desde San Pedro, pasando por San Marcelino que quemo incienso a las divinidades paganas pero arrepentido se entrega al martirio1, Liberio, Honorio, Sergio III, Formoso, Alejandro VI, Benedicto IX, etc…, todos estos tan Papa ( quizás) como Francisco.


Nada de esto se sostiene ni con la Doctrina de la Gracia católica, ni con la Historia, ni aún la Teología Ascética habla de tal estado de impecabilidad a tal grado de un Papa que hasta es algo que “huele” a hereía, puesto que el Concilio de Trento igual condena que se pueda llegar a tal estado de perfección que se llegue a evitar el cometer aun los pecados veniales.
Basta estudiar, para ver lo estupidísimo que es afirmar tal cosa. San Pedro fue confrontado por San Pablo, San Marcelino quema incienso a los ídolos paganos por debilidad y después afrenta el martirio al arrepentirse. Desde San Pedro hasta San Silvestre todos los papas llevan el “San” en sus nombres llegando hasta Liberio (que solo aparece en el calendario bizantino pero no en el Romano), de ahí hay lapsos de tiempo cada vez más prolongados en que no hay un papa “santo”, en apenas 1000 años solo destacan San Gregorio VII, San Pío V, el beato Pío IX y San Pío X el “último papa santo”, papas con virtudes heroicas cosa que no se mide precisamente con la popularidad sino con “fama de santidad” que es algo muy diferente, de ahí que su popularidad sea acrecentada por los milagros obtenidos por su intercesión, cosa común en la Teología Mística hablar sobre hombres virtuosos que caen en picada desde un grado de perfección avanzado hasta un estado de infamia, de ahí que Benedicto XIV en su extenso trabajo de varios tomos “De servorum Dei et beatorum canonizatione” los requisitos mínimos para que alguien sea beatificado y canonizado para que no se diese el caso de que alguien indigno se elevará a los altares ya que la Iglesia le rinde culto público, en todo caso se pudiese canonizar a alguien indigno pero tal cosa seria ilícita más no invalida, otras veces se daría ambos ya que si bien la canonización pudiese ser un acto infalible del Papa, esta sujeta a su proceso cosa que podría amañarse.

Hay que denunciar la hipocresía y malicia diabólica de como los que pretenden llamarse católicos, desprecian a los papas corruptos y encima a su autoridad para cambiarlos por unos apóstoles de Lucifer.


En fin como dijo Santa Catalina del papa, que es el “Dulce Cristo en la tierra”, y al cual no dudo en decirle “Su Santidad, apesta”.








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